Los de enmedio

Los de enmedio

Hace dos meses y dos días, veníamos regresando del macro simulacro (la rima fue idea de algún promotor de protección civil); evento en el que, —además de poner en práctica los protocolos de evacuación de inmuebles en caso de sismo—, conmemoramos a las víctimas de los terremotos que hace treinta y dos años, dos meses y dos días sacudieron la capital del país en el que vivo. Y cuando ni nos habíamos sentado de vuelta en nuestras sillas, volvieron a sonar las alarmas, porque de súbito vino un terremoto de verdad al cumpleaños de su hermano grande. La vida ama los guiones previsibles, pero hay que ver lo que sacude cuando le da vueltas de tuerca a sus historias.

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Ser padre

Ser padre

Más que un espejo, los hijos son como un cuaderno. Uno dibuja guías, pero siempre lo escriben ellos. La paternidad es darles instrumentos.

Ayer por la tarde tuve oportunidad de cargar un bebé, y sentí una ligera sacudida en el instinto paterno. He leído a algunas mujeres decir «me palpita el útero» cuando están en circunstancias similares, y por unos segundos estuve tratando (sin éxito) de localizar una sensación equivalente en mi cuerpo. Mucho tiempo pensé que aquello era una simple expresión, pero —en momentos diferentes— dos de mis primas me confiaron que no, que en efecto el cuerpo femenino está diseñado para incubar vida, y que llega un momento en el que la fisiología lo demanda. Una atendió el llamado, la otra no. Pero ambas coincidieron en que —en definitiva— el instinto materno sí palpita. Al menos en algún momento de la vida, ya luego se pasa. Hay opiniones encontradas al respecto. De igual modo no tengo un útero para corroborarlo, así que me toca elegir si creerlo o no. De todas formas, la paternidad es un asunto de fe, y ocurre siempre afuera del propio cuerpo. Seguir leyendo «Ser padre»

Una cajita

Una cajita

Creo que todavía no te conté sobre mi fascinación por las cajitas. Sobre el entusiasmo que me provocan, o el porqué tengo de todos tamaños, materiales y colores. Es que una cajita sirve para muchas cosas, ¿sabes? Puedes preguntarle al Principito, a Pandora o a Schrödinger, y casi estoy seguro de que van a darme la razón: las cajitas son el mejor lugar para todo lo que uno está dispuesto a imaginar. Seguir leyendo «Una cajita»